Panaderos señalan que la situación del rubro es la más grave en décadas - Política del Sur

Panaderos señalan que la situación del rubro es la más grave en décadas - Política del Sur

2025-12-08Business
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Clara
Buenas tardes Ferran, soy Clara, y esto es Goose Pod para ti. Hoy es lunes, 8 de diciembre.
Dani
¡Y yo soy Dani! Estamos aquí para hablar de un tema que tela, los panaderos en Argentina dicen que la situación es la más grave en décadas. ¡Vamos a tope!
Clara
Vayamos a los hechos. Martín Pinto, presidente del Centro de Panaderos de Merlo, informa de una caída del 55% en el consumo de pan en los últimos dos años. Y si hablamos de pastelería o sándwiches, la caída es de hasta un 85%. Estos son los datos.
Dani
¡Pachacho, es una locura! O sea, que la gente ya ni para el pan tiene. Si no puedes comprar una barra, menos te vas a pillar una tarta. Esto se va de las manos. ¿Qué significa esto para las panaderías, se están yendo al garete?
Clara
Exacto. Las cifras son alarmantes: 1.800 panaderías han cerrado en dos años, lo que se traduce en 15.000 puestos de trabajo perdidos. Pinto lo describe como "peor que una pandemia", porque durante la pandemia, siendo esenciales, no cerró ni una sola panadería. La situación es crítica.
Dani
Peor que una pandemia, ¡qué fuerte me parece! Es que es de no creer, colega. Pasas de ser un héroe esencial a tener que cerrar tu negocio. Esto está guapísimo, pero en el mal sentido. ¿Cómo se ha llegado a este desastre total?
Clara
El problema es una tormenta perfecta de factores. Por un lado, los costos de producción se han disparado. Por ejemplo, las facturas de la luz han llegado con aumentos de hasta el 50% de un mes para otro. Es insostenible para cualquier pequeño empresario mantener la persiana abierta así.
Dani
¡Cincuenta por ciento! Menudo palo. Te llega eso y te quedas tieso. Normal que las heladeras de las pastelerías estén apagadas y vacías, como dice el artículo. ¡Están para ahorrar hasta el último céntimo! ¿Y el gobierno qué hace, mirar para otro lado?
Clara
Según Pinto, la Secretaría de Comercio de la Nación, que es de quien dependen, no está funcionando. En gobiernos anteriores, dice, se sentaban a negociar y se llegaba a acuerdos. Ahora, no hay respuesta. Piden diálogo entre panaderos, harineros y productores, pero no se concreta.
Dani
¡Claro, como que no interesa! El pez grande se come al chico, y el gobierno silbando. Es que es de risa, si no fuera para llorar. Quieren sentarse a hablar para no fundirse y que la gente pueda comer pan, ¡qué petición tan loca, eh! Qué surrealista todo.
Clara
Permíteme que insista, la situación es compleja. El precio real del kilo de pan debería estar entre 4.000 y 4.500 pesos, pero lo venden a 2.800 porque, si no, no lo compraría nadie. A esto se suman alquileres dolarizados que deben negociar cada mes. Es un ejercicio de supervivencia.
Clara
Además del conflicto con la administración, hay una lucha interna en el sector. Existe una gran competencia desleal por parte del trabajo clandestino. Vecinos que hacen pan en casa, sin cumplir ninguna de las normativas de seguridad e higiene que se le exigen a una panadería formal.
Dani
¡Uf, el vecino panadero! Pero a ver, que el propio Pinto dice que no es culpa de esa gente, que es el sistema el que los ha echado. Si te ahogan y tienes que cerrar tu panadería, pues te buscas la vida como puedes. ¡Es un sálvese quien pueda!
Clara
Correcto, lo define como una consecuencia del sistema. Pero hay otro frente: las grandes cadenas de supermercados. Instalan un pequeño horno, algo que está prohibido por la normativa, y venden productos congelados. Es una competencia directa y desigual que no está siendo regulada como debería.
Dani
¡Los amigos del Gobierno, como dice él! Es la misma historia de siempre. Te ponen mil pegas para abrir tu negocio, que si planos, que si análisis del agua... y luego viene un gigante, te pone un hornito al lado y a vender. ¡Así es imposible competir, pachacho!
Clara
El impacto es devastador y muy personal. Muchos panaderos han tenido que vender todas sus herramientas, el trabajo de toda una vida, solo para poder indemnizar a sus empleados. Y como señala Pinto, "panadería que se cierra, panadería que no se abre nunca más". Es un punto de no retorno.
Dani
Eso es tristísimo, tío. Perder tu negocio y encima quedarte sin nada para poder pagar a tu gente. Y es verdad, no es como una tienda de ropa que cierra y puede volver a abrir. Una panadería es una institución, es el alma del barrio. Se pierde algo más que un negocio.
Clara
Exacto. El impacto social es profundo. Se refleja en la gente que entra a pedir "un pancito" o pregunta "¿qué me alcanza con esta plata?". Esa frase es el termómetro de la crisis económica. Afecta al panadero, al carnicero, al verdulero... a toda la red de pequeños comercios.
Clara
Mirando al futuro, la perspectiva es sombría. Pinto no ve ninguna mejoría, al contrario. Cree que el gobierno seguirá con su política de reajustes y subidas de precios, sin un cambio de rumbo. La incertidumbre sobre cuál es el objetivo final de estas políticas es total. Es un panorama desolador.
Dani
Pues vaya panorama, colega. O sea, que la única "solución" que ven es apretar más y más la tuerca. Si en dos años no han arreglado nada, sino que lo han empeorado, ¿qué te hace pensar que ahora van a tener una idea brillante? Mal asunto.
Clara
Así termina nuestra discusión de hoy. Gracias por escuchar Goose Pod. Nos encontramos mañana, Ferran.
Dani
¡Eso es todo, amigos! Gracias por estar ahí, Ferran. ¡Hasta la próxima!

Panaderos argentinos atraviesan la crisis más grave en décadas, con caída del 55% en consumo y 1.800 cierres. Aumentos de costos, falta de diálogo gubernamental y competencia desleal (supermercados, trabajo clandestino) los llevan al colapso. Se pierde el alma del barrio y miles de empleos.

Panaderos señalan que la situación del rubro es la más grave en décadas - Política del Sur

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La crisis económica golpea el bolsillo y provoca una caída en el consumo en general. Si bien la inflación se mantiene en torno al 2%, los salarios están pisados y uno de los rubros afectados es el de las panaderías. Política del Sur conversó sobre el tema con Martín Pinto, presidente del Centro de Panaderos de Merlo y referente de CIPAN (Cámara de Industriales Panaderos).

“En estos dos últimos años tenemos un 55% de pérdida de consumo de pan. Y de lo que es pastelería, tartas, sandwichería, entre un 80% y 85%. Si la gente no puede comprar pan, menos te va a comprar una factura, un sandwich de miga, una torta o algo de pastelería”, explicó. En ese sentido, afirmó que “antes en las panaderías había mercadería por todos lados, la heladera llena de tortas, masas finas, sandwiches de miga".

"Hoy vas a una panadería y lo único que te encontrás son heladeras apagadas, heladeras vacías, con dos o tres productos que son los que más salen. De cada 10 argentinos, que cinco no puedan comer pan, es una locura”, apuntó. Y precisó, en este marco, que “los costos de producción se fueron por las nubes, con una caída del consumo terrible".

"Este martes nos desayunamos con la boleta de luz que en algunos casos vino el 45% más que el mes pasado y en otros el 50% más”, ejemplificó Pinto. “La pandemia hizo que el panadero se reconvierta, nos sirvió. Fuimos esenciales, tuvimos cero panaderías cerradas. “Hoy, en dos años de gestión de este gobierno, llevamos 1.

800 panaderías cerradas con 15.000 puestos de trabajos perdidos. Estamos hablando de algo peor que una pandemia”, remarcó. Asimismo, recordó que se suma el problema de la informalidad. “Nos jode mucho el trabajo clandestino porque no sabés lo que estás comiendo, porque para abrir una panadería tenés que tener plano electromecánico, seguridad e higiene, análisis de agua, te exigen la ropa, te exigen las cerámicas, todo.

Lamentablemente, eso lo hace el vecino en la casa como puede, donde puede. Pero no es culpa de esa gente ni del panadero que no pudo sostener su pequeña PyME y se fue a hacer pan a su casa”, dijo. “Fue el sistema que lo allanó, que lo llevó y lo sacó del sistema. Cuando ya no podés más, yo creo que de estas 1.

800 panaderías que cerraron, un 1% o 2%, se tiraron a la clandestinidad y están en su casa haciendo pan. Pero no es culpa del colega, sino de la situación económica que está viviendo el país y que no arrastraron a eso”, subrayó. Por otro lado, comentó que a esto se suma la aparición de “productos congelados que los hacen grandes cadenas, como Carrefour o cualquier otra cadena importante, que son los amigos de este Gobierno.

"Te dan un hornito, lo ponés al costado, que está prohibido, porque no podés manipular dentro de un negocio el cocinado del pan. Por eso nosotros pedimos que el gobierno, tanto municipal, provincial o nacional, regulen todo eso porque eso es competencia directamente hacia nosotros. Sabemos que la gente necesita comer, laburar, pero que se tenga una regulación”, mencionó.

Por otro lado, lamentó que “muchos colegas han tenido que cerrar su panadería, vender todas las herramientas que tenían para poder indemnizar a sus empleados". "Panadería que se cierra, panadería que no se abre nunca más. A veces escucho que dicen ya va a pasar el tsunami, después vas a poder abrir de vuelta tu negocio, no.

Carnicería, panadería, todo lo que se cierra ya no se vuelve a abrir más. Por lo menos, la misma persona no puede abrirla más”, señaló. “Cuando la gente viene y te dice ´me das un pancito, dos pancitos´ o ´qué me alcanza con esta plata’, ya te das cuenta que es un problema económico y eso repercute en todas las PyMEs, en el panadero, en el verdulero, en el carnicero, en todos”, reflexionó.

“Lo que nos pueden dar el gobierno provincial y los municipios es muy finito, porque nosotros dependemos pura y exclusivamente de la Secretaría de Comercio de la Nación. Es la que tiene el poder jurídico de decir llamemos a la Subsecretaría de Energía y decir ‘hasta acá la luz, hasta acá el gas, hasta acá el combustible’”, apuntó.

y pidió: “Sentemos en la mesa al panadero, con el harinero, con el que fabrica la materia prima. Vamos a ponernos de acuerdo, aumentamos un 5% todos para que el panadero no se funda y la gente pueda seguir comiendo pan... Pero lamentablemente la Secretaría de Comercio hoy no está funcionando. Con gobiernos anteriores hemos trabajado mucho con la Secretaría de Comercio y ha dado resultado.

Pero con este gobierno no se dio así, no hay respuesta”. “El pan hoy tendría que estar entre $4.000 y $4500 el kilo, pero somos conscientes, si a $2.800, como lo tenemos acá en Merlo, no lo vendemos, a quién le vamos a vender un pan entre $4.000 y $4.500”, sostuvo Pinto, al tiempo que mencionó que los alquileres de los locales están dolarizados y se debe negociar mes a mes el pago con los dueños.

Finalmente, hizo un análisis sobre el futuro inmediato. “Si nosotros vemos a futuro alguna mejoría, yo digo que no, al contrario. Si en estos dos años no pudieron revertir esa situación y cada vez que pasa el tiempo ellos apuestan más a subir los precios, a los reajustes. Yo creo que no va a haber otro cambio de rumbo de este gobierno hasta que ellos logren su cometido, que no sé cuál será, destruir el país, el mercado interno o llevar al industricidio a los que más puedan”, analizó.

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